La disfonía infantil es cualquier alteración de la voz que se presente desde el nacimiento hasta la pubertad. Cuando aparece, el niño o niña constantemente se queja de la dificultad que siente al producir su voz. En ocasiones los padres no se dan cuenta de los cambios o características presentes. Los signos que podemos notar durante la conversación con el niño son: intensidad generalmente excesiva, alteración de la articulación de la palabra debido al esfuerzo que realiza al hablar, variación en el tono, así como alteración en la producción del soplo y tensión en los músculos del cuello, entre otros.

Las alteraciones más frecuentes en niños en etapa escolar son:

  • Voz fuerte o chillona – Voz estridente con mucha intensidad debido al abuso vocal.
  • Voz débil – Poca intensidad por poco tono en la laringe.
  • Voz ronca – Voz áspera y sin calidad (se ve afectado el timbre).
  • Voz nasal – Voz con resonancia nasal por una obstrucción o por una lesión.
  • Voz entrecortada – Espasmos en los órganos de la fonación y la respiración.

También se pueden relacionar las alteraciones de la voz con otras patologías como alergias respiratorias, asma, infecciones, malformaciones laríngeas, etc. 

Alimentos y voz

La calidad de los alimentos y el momento de la ingesta se tendrán en cuenta para favorecer el libre movimiento diafragmático. Es conveniente una dieta con alimentos ligeramente hipograsos para evitar el reflujo gastroesofágico. Interesa usar condimentos suaves.

Con respecto a las bebidas gaseosas, se aconseja no utilizarlas por el efecto de distensión gástrica que produce el gas de las mismas. Es aconsejable beber abundante agua.

Influencia de padres y familiares cercanos

El niño está inmerso en un contexto familiar y escolar que le ofrece modelos de voz: la voz de la madre, del padre, de los hermanos, de los profesores, de sus compañeros de clase… Muchas veces decimos “este niño habla igual que su padre” porque habla muy fuerte, chillando, muy bajito…

Existen también otros estímulos que rodean al niño, como la televisión o el ordenador, que pueden ir acompañados de violencia, ruidos y modelos verbales, que conllevan determinados valores, aunque sabemos que estos estímulos no son negativos por sí mismos (todo depende del uso y el abuso que se haga de ellos).

Algunos consejos

Evitar el habla con un elevado ruido ambiente.

La polución y el humo son agentes irritantes.

Las cuerdas vocales necesitan estar bien hidratadas. La mejor manera de lograrlo es tomando agua suficiente y evitando los ambientes secos, como los que se generan con la presencia de aparatos de aire acondicionado.

Aclararse la garganta y toser con fuerza son acciones traumáticas para las cuerdas vocales. Por ello es recomendable intentar respirar profundamente, mantener por un momento la respiración y exhalar el aire de forma más silenciosa y suave.

Descansar lo suficiente. Dormir menos de 6 horas puede producir cansancio vocal y predisposición a lesiones.

Si se sufre un catarro y se inflaman las vías respiratorias superiores, debe usarse la voz lo menos posible para evitar lesiones.

La alimentación está íntimamente ligada con la fonación. Es muy importante saber qué alimentos van a perjudicar nuestra voz, sobre todo en la ingesta nocturna (acidificantes, flatulentos, fermentables…).

Área de Logopedia Ortofón

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