Recientemente, el director de películas tan conocidas como “E.T. el extraterrestre” y “Jurassic Park”, confesaba que tiene dislexia desde pequeño, un trastorno que le fue diagnosticado en el año 2007.
Spielberg arrastra problemas desde la niñez. Tardó dos años más que el resto de sus compañeros en aprender a leer, pero sus padres hicieron todo lo posible para ayudarle en sus estudios. Íntimamente algo le decía que era diferente al resto de sus compañeros, pero no sabía cómo identificar lo que le sucedía.
En los años 50, la detección de la dislexia en los niños no estaba tan avanzada. No existía tanta información como en la actualidad sobre estos problemas de aprendizaje y los profesores carecían de las herramientas necesarias para identificar con facilidad este tipo de cuestiones.
El director aprendió a lidiar con sus circunstancias de forma creativa: «Nunca me sentí como una víctima. Las películas realmente me ayudaron… Me libraron de la vergüenza, de la culpa», asegura, «hacer películas fue mi gran vía de escape».
Comenta que cuando le llega un guión o lee un libro necesita invertir el doble de tiempo que otra persona, pero en ningún momento este problema ha significado un obstáculo en su vida profesional. Ha aprendido a canalizarlo de la mejor manera.
Steven Spielberg es un director de cine brillante. De hecho, es interesante recordar que muchas personas inteligentes y con talento han tenido o tienen problemas con la dislexia.
El propio cineasta lanza un consejo a aquellas personas que hayan descubierto que tienen dislexia siendo ya adultas. Niños que se habrán preguntado, como él, por qué las letras no encajaban: «Es más común de lo que se imagina. No están solos».
Afortunadamente, hoy en día la detección precoz de este tipo de trastorno es una práctica más extendida. La identificación y la aplicación del tratamiento más adecuado es fundamental.
El diagnóstico y la prevención deben comenzar lo antes posible, desde el momento en el que se observen las primeras señales. De este modo se evitan muchos problemas de inadaptación escolar y personal.
Aunque la intervención en el niño disléxico se realice de forma temprana, en la mayoría de los casos es aconsejable continuar con un tratamiento de mantenimiento para ir eliminando las dificultades que se van presentando.