Escrito por Argentina Marquina, responsable de comunicación del Centro de Logopedia, Psicología Clínica y Psicopedagogía Ortofón, publica en el medio “Ahora Valencia” el artículo Cenas de empresa en Navidad: ¿caldo de cultivo de infidelidades?
Muchas encuestas confirman que las cenas de empresa en época navideña son el escenario propicio para una infidelidad. En estos ámbitos festivos coincidimos con personas a las que vemos cada día pero en un contexto diferente. Tendemos a desinhibirnos y a querer liberar deseos que en el trabajo tratamos de ocultar. Nos relajamos y olvidamos las medidas de prudencia que solemos seguir. El exceso de copas suele hacer el resto.
Por otra parte, son muchas las personas que han confesado haber tenido fantasías con un compañero de trabajo. No es extraño que una de las investigaciones más contratadas estos días en las agencias de detectives sea la de las cenas de empresa. La intención es pillar “in fraganti” al presunto infiel.
¿Cómo evitar una infidelidad? Según Laura Rico Marcos, psicóloga de Ortofón, especialista en Sexología, “la manera de evitar la infidelidad es sentirse bien dentro de la esfera de pareja, sentir el placer de estar juntos. El trabajo de ambos miembros consiste en poder identificar las necesidades insatisfechas que hacen que la pareja, sea una estructura con grietas que permiten que alguien externo se introduzca. La infidelidad, por tanto, lo que procura es satisfacer las carencias que se experimentan con la pareja”.
La infidelidad es la ruptura de un pacto de confianza, de un pacto afectivo, emocional y sexual determinado. Se deja pues de ser fiel a ese pacto que, por lo general, de forma implícita o explícita establece una exclusividad afectiva y sexual, sobre todo, ésta última. Pero, hay distintos tipos de acuerdo según las reglas que la pareja decida establecer, todos son respetables, viables, mientras ambas partes estén en común acuerdo.
Infiel de pensamiento. Muchas personas no llegan a establecer una relación física con otra ajena a su pareja, pero en sus pensamientos y fantasías eróticas pueden estar presentes. En este sentido, Rico Marcos asegura que «la fidelidad no significa ausencia de deseo, no somos insensibles al atractivo de otros/as. Significa aprender a manejar la atracción que generan otros en mi persona o la que yo pueda generar en los demás. Finalmente, siempre se decide si frenar la expresión de ese deseo o, por el contrario, dejar que se exprese.»
Confesar o no confesar una infidelidad. He ahí el dilema. Inicialmente, se debe evaluar si contar la infidelidad o no. La culpa es una de las emociones más molestas e incómodas de llevar y resulta liberador deshacerse de ella (de la ansiedad que produce el ocultarla), pero hay que tener en cuenta que la herida interna que la infidelidad procura puede que no se cure jamás del todo.
¿Podemos encontrar un lado positivo a la infidelidad? “Aunque resulte paradójico, la infidelidad puede ser un punto de partida para mejorar la relación, para reconstruir el vínculo sabiendo qué aspectos no funcionan y cómo repararlos. Es indispensable conocer cuál fue su significado, comprender qué ha motivado el comportamiento”, según afirma la psicóloga de Ortofón.
Tras una infidelidad es muy importante dar tiempo y tener paciencia con la persona afectada, pues se trata de una herida infligida en la capa narcisista de la personalidad, en la autoestima, en lo más profundo del yo. El descenso de la confianza es drástico, es rápido, y la recuperación de la misma es un camino lento. Se instala la desconfianza y el mundo emocional se tambalea, tarda en volverse a conseguir un equilibrio, por ello hay que utilizar herramientas para tratar el problema de raíz.
Artículo “Cenas de empresa en Navidad: ¿caldo de cultivo de infidelidades?” publicado por “Ahora Valencia”
