La fisura labio-palatina es una de las malformaciones congénitas más frecuentes que afecta, a nivel mundial, a uno de cada 500 ó 1000 nacidos vivos. De éstos, aproximadamente el 25% padecen paladar hendido, 25% labio leporino, y un 50% ambos.
En el periodo embrionario, las estructuras de la boca se forman en los primeros meses de embarazo. Durante ese tiempo, las partes del paladar superior y el labio superior normalmente se unen. Cuando esta unión no ocurre, el bebé tiene un labio leporino y/o paladar hendido. Un niño puede tener labio leporino, paladar hendido o ambos.
Existe controversia sobre las causas de las fisuras labio palatinas, si bien lo más comúnmente aceptado es que se trata de una malformación con causas genéticas influidas por diferentes causas ambientales, trastornos del metabolismo del ácido fólico, factores nutricionales, exposición a tóxicos, drogas…
La mayor parte de los Fisurados son, por lo demás, niños absolutamente normales, aunque es algo frecuente la aparición de otros síntomas asociados, configurando síndromes (Pierre Robin, Treacher Collins, Displasia Cleidocraneal…).
Hay que destacar que el tratamiento de esta malformación debe de tener necesariamente un carácter multidisciplinar, trabajando de forma coordinada en la evaluación y tratamiento de los problemas del fisurado.
A continuación os ofrecemos esta interesante guía, elaborada por la Asociación de Fisurados y Labio Leporino de Castellón, Valencia y Alicante (AFICAVAL), con la intención de que sirva de ayuda para aquellos padres y madres que conocen que su hijo va a nacer o ha nacido con la malformación congénita denominada labio leporino y/o fisura palatina.
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