Un cambio implica modificar, sustituir, reemplazar… El cambio es una circunstancia que en ocasiones viene impuesta y en otros casos es una elección personal y buscada. Muchas veces, un cambio puede generar incertidumbre, miedo, estrés, desconcierto, sorpresa, etc. Por ese motivo, lo más importante es saber adaptarse al cambio. Por ejemplo, si nos situamos dentro del núcleo familiar, los cambios pueden venir por:
- Separación o divorcio de los padres
- Nacimiento de nuevos hermanos (los padres deben hacer entender a los hijos que son queridos por igual y que, además, tener hermanos tiene muchas ventajas)
- Nacimiento de gemelos
- La adopción
- Muerte de algún familiar
- Cambio de Centro Escolar
- Las mudanzas y los cambios de país
- Cambios en los tipos de familia: nuevas parejas.
En algunos casos, los más pequeños de la casa pueden reaccionar ante estos cambios con irritabilidad, regresión a estados evolutivos anteriores, somatización, reacciones depresivas, alteraciones del sueño, reclamos de atención, dolores sin causa médica, reacciones de miedo, desobediencia, problemas escolares, etc.
Ofrecer modelos adecuados ayuda a los niños a adaptarse al cambio de forma positiva. No superar bien un cambio puede tener implicaciones en su desarrollo. Aprender estrategias de enfrentamiento a cambios o nuevas situaciones facilita al niño la resolución de conflictos y la toma de decisiones.
Los cambios tienen una importante parte positiva, pues nos hacen flexibles, capaces de adaptarnos y de entender las continuas situaciones inesperadas que a lo largo de la vida nos vamos a encontrar. El estrés suele ser una respuesta normal ante ciertos hechos de nuestro entorno que disminuye cuando nos adaptamos a la nueva situación.
Si nos situamos en el contexto de un cambio de colegio, una actitud tranquila y una total transparencia sobre el cambio ayudarán a que el pequeño se sienta más seguro en su nuevo entorno educativo. La situación requiere un proceso de adaptación que, en función de las características personales de cada niño, puede ser rápido o lento. El éxito en sus primeros cambios influirá en cómo encajen los cambios futuros. El exceso de protección puede llevarles a encerrarse más en sí mismos y a dificultarles la adaptación al nuevo entorno.
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