Recomendaciones del psicólogo para que el verano no acabe en separación

Vacaciones y divorcioEl tiempo libre y de ocio que vivimos en el período estival es un momento especialmente vulnerable, en el que aumenta considerablemente el número de separaciones o divorcios. Si la relación es buena, al final del verano la pareja aparece reforzada y aumenta su unión. Sin embargo, si el nexo entre ambos es débil o vienen arrastrando problemas, las vacaciones son el detonante de una ruptura. Las estadísticas lo confirman: se calcula que el 28 por ciento de los divorcios ocurren tras el período estival.

El convivir más tiempo de lo habitual saca a relucir las diferencias que en el ajetreo diario pasan desapercibidas. También se plantean como motivos de fricciones entre la pareja el contacto diario con suegros y cuñados, cuando el matrimonio decide veranear junto a estos otros miembros de la familia.

En general, en verano pasamos mucho tiempo juntos y conviene, entre otras cosas, profesar mutuo agrado y respeto por nuestra pareja.

Es un tiempo en el que debemos ser especialmente cuidadosos con esta cuestión. Según Laura Rico Marcos, psicóloga de Ortofón y especialista en Sexología, es necesario preocuparse por el bienestar del otro, conocer realmente los gustos de esa persona con la que compartimos nuestra vida y expresar los propios. Hemos de adaptarnos y compartir intereses, ilusiones, deseos… actividades que se pueden llevar a cabo juntos. El empeño por cambiar al otro es una estrategia siempre equivocada; nunca funciona.

Y no menos importante es revisar la planificación económica, para que no haya futuros sobresaltos desagradables.

Sin duda, la sexualidad es un área de importancia. Para combatir la aparición de la rutina sexual, debemos aprovechar los días con tanto tiempo libre por delante para dedicarle un amplio espacio a la imaginación y decidir ponerle un toque de aventura a nuestra vida íntima. Juegos de roles, variedad de escenarios, baños refrescantes, atención a los sentidos, nuevas sensaciones…

Después de las vacaciones, no nos precipitemos

Tras el período vacacional siempre es recomendable dejar pasar algún tiempo antes de tomar decisiones importantes de las que podamos arrepentirnos. No debemos optar por una ruptura de pareja a la primera y llevados por un arrebato. Quizás con la vuelta a la normalidad del día a día, aquello que nos parecía una situación insalvable vuelva a sus cauces habituales.

De no ser así, es recomendable acudir a una terapia especializada con el fin de buscar las soluciones más adecuadas a los conflictos que se han instalado entre los miembros de la pareja.

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