La resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.
La palabra “resiliencia” está adoptada de la inglesa “resilience”, que significa “resistencia”.
Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.
Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de un ser querido, a una enfermedad, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales…
La resiliencia se puede desarrollar y potenciar a través de planteamientos positivos de nuestra vida: viendo el punto de vista más optimista de las cosas que nos rodean, cuidando las relaciones personales, agradeciendo lo que se posee sin descartar alcanzar nuevas metas, teniendo una imagen positiva de nosotros mismos…